Columna de opinión ¿Movilidad sostenible o desregulación riesgosa?

El Congreso de la República acaba de aprobar una ley que exime a varios vehículos del pago del SOAT, así como la matrícula y la licencia de conducción

Imagen de la proposición legislativa

El Congreso de la República acaba de aprobar un proyecto de ley que exime del pago del SOAT, la matrícula y la licencia de conducción a ciertos vehículos eléctricos livianos. A primera vista, la iniciativa parece una apuesta audaz por la movilidad sostenible. Pero bajo esa superficie verde y progresista, se esconde una pregunta incómoda: ¿estamos sacrificando la seguridad vial en nombre de la transición energética?

La propuesta, que ahora espera la sanción presidencial, aplica a vehículos eléctricos con potencia inferior a 1.000 vatios, peso máximo de 60 kilogramos y velocidad limitada a 40 km/h. En teoría, hablamos de bicicletas eléctricas, patinetas y scooters que circulan por ciclorrutas. En la práctica, el universo de estos vehículos es cada vez más diverso, veloz y difícil de controlar.

¿Desregular para avanzar?

La lógica detrás del proyecto es clara: reducir barreras económicas y administrativas para fomentar el uso de medios de transporte limpios. Es una medida que, en principio, democratiza el acceso a la movilidad eléctrica y alivia el bolsillo de miles de ciudadanos. Pero ¿qué pasa cuando esa desregulación elimina también los mecanismos de protección?

El SOAT no es un simple trámite. Es una garantía mínima para las víctimas de accidentes de tránsito. Eximirlo, incluso en vehículos livianos, implica asumir que esos medios no representan riesgo alguno. Y eso es falso. Basta recorrer una ciclorruta en hora pico para ver cómo la velocidad, la imprudencia y la falta de control pueden convertir una patineta en un proyectil.

El dilema de la sostenibilidad

No se trata de oponerse al avance tecnológico ni de frenar la transición energética. Se trata de hacerlo con responsabilidad. La sostenibilidad no puede ser sinónimo de desregulación. Necesitamos normas claras, infraestructura adecuada y educación vial. De lo contrario, corremos el riesgo de convertir las ciclorrutas en escenarios de caos y conflicto.

Además, ¿qué mensaje envía el Estado cuando exime de requisitos básicos a ciertos vehículos, mientras otros —como motocicletas o automóviles— siguen sometidos a estrictas obligaciones? ¿Estamos creando una movilidad de primera y otra de segunda?

Una oportunidad mal calibrada

El proyecto de ley tiene buenas intenciones, pero carece de una visión integral. No basta con incentivar el uso de vehículos eléctricos; hay que garantizar que su circulación sea segura, ordenada y equitativa. La movilidad sostenible no es solo una cuestión de tecnología, sino de convivencia.

Si el presidente Petro decide sancionar esta ley, el reto será del Ministerio de Transporte: reglamentar con rigor, definir criterios técnicos precisos y evitar que la excepción se convierta en descontrol. Porque en el afán de avanzar, no podemos olvidar que cada ciclista, cada peatón y cada conductor merece transitar con seguridad.

Fuentes:

Petro sanciona ley que regula bicicletas eléctricas y otros vehículos livianos: no necesitarán matrícula, Soat, ni licencia – Semana

Petro tiene en su despacho ley que exime del Soat a ciertos vehículos, solo falta su firma: a quiénes aplica – Infobae

Estos vehículos podrán circular sin Soat ni licencia en Colombia

Nueva ley permite vehículos eléctricos en ciclorrutas sin SOAT en Bogotá – Diario del Sur

La regulación que busca beneficiar a los vehículos eléctricos livianos, según proyecto de ley

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